Con la incertidumbre sobre la continuidad de Xavi Hernández como entrenador, el club blaugrana se encuentra en una encrucijada estratégica. La directiva barcelonista ha trazado dos posibles escenarios, ambos con repercusiones de largo alcance.
Este dilema se agudiza con el enfrentamiento inminente contra el París Saint-Germain en la Champions League. La victoria en la ida brinda cierto alivio, pero la eliminatoria aún está abierta. El desempeño del equipo en este encuentro será determinante para el destino de Xavi en el banquillo.
Si bien el técnico catalán expresó su deseo de abandonar el club al final de la temporada, una eventual clasificación a semifinales de la Champions podría influir en su decisión. De lo contrario, si el Barça no logra superar esta etapa o cierra la campaña sin trofeos importantes, se verá obligado a buscar un sustituto.
En este contexto, la directiva barcelonista parece haberse inclinado por una opción interna: Rafa Márquez, actual entrenador del filial. Esta elección se fundamenta en varios aspectos, como los buenos resultados del equipo filial, el conocimiento profundo de la cantera, y la capacidad de adaptación a las circunstancias del club.
Aunque se han barajado otros nombres, como el de Hansi Flick o Roberto de Zerbi, parece que la preferencia se inclina hacia mantener la continuidad en la casa. La conexión de Márquez con la estructura del club y su sintonía con la directiva refuerzan su candidatura como posible sucesor de Xavi.
En última instancia, el destino del banquillo culé dependerá del desempeño del equipo en la cancha y de las decisiones que se tomen en los despachos. La incertidumbre sobre el futuro de Xavi Hernández y la posible llegada de Rafa Márquez añaden un componente emocionante a la temporada del FC Barcelona.
LLDLT | Marisa A.
