El FC Barcelona tenía un objetivo claro durante el mercado estival: fichar a Nico Williams. Sin embargo, las dificultades económicas del club hicieron inviable la operación.
A pesar de haber alcanzado un acuerdo con el jugador y su entorno, la cláusula de rescisión de 60 millones de euros que pedía el Athletic Club fue un obstáculo insuperable para los culés.
Según el diario Sport, Nico Williams era la prioridad del presidente Joan Laporta, incluso por encima de otros jugadores como Dani Olmo. El club esperaba que acuerdos comerciales o la venta de jugadores clave como Ronald Araújo o Frenkie de Jong permitirían reunir los fondos necesarios, pero finalmente ninguna de estas opciones se concretó.
Ante el fracaso de la operación por Nico, el Barça cambió su estrategia y puso el foco en Dani Olmo, un jugador que sí podían pagar. El catalán del RB Leipzig terminó firmando con el club blaugrana por 47 millones de euros, más bonificaciones que podrían elevar el monto total a 60 millones.
Deco, el director deportivo del Barça, justificó el cambio de planes señalando que, aunque Nico era un gran jugador, el equipo ya contaba con varias opciones en su posición, y Olmo ofrecía más versatilidad.