El Sevilla aplasta a un Barcelona sin ideas y toma aire en Liga (4-1)

Fotografía: Fernando Vázquez

El Barcelona más débil de la era Flick cayó estrepitosamente en el Sánchez-Pizjuán, dejando escapar el liderato ante un Sevilla que firmó un partido prácticamente perfecto. El resultado final de 4-1 refleja la superioridad sevillista, que pudo haber sentenciado mucho antes si no fuera por algunas intervenciones destacadas de los blaugrana.

Flick apenas movió su plantilla tras el partido ante el PSG, y la ausencia de Lamine Yamal por lesión dejó al equipo con pocas alternativas. El plan pragmático del técnico alemán no funcionó: el Barça perdió balones, duelos individuales y protagonismo en todas las zonas del campo, mientras el Sevilla, liderado por un Alexis omnipresente, dominaba con intensidad desde el primer minuto.

El VAR también inclinó la balanza a favor del Sevilla al señalar un penalti de Araújo sobre Isaac, que Alexis transformó antes del minuto 15. La ventaja temprana no sacudió al equipo local, que siguió generando ocasiones, con Isaac perdonando varias frente a un Barcelona desorientado, donde Lewandowski, Ferran Torres y Olmo desaparecieron del juego.

El Barça reaccionó algo en los últimos minutos de la primera parte, con Pedri asistiendo a Rashford para acortar distancias y cerrar el primer tiempo con 2-1, un resultado que parecía insuficiente para un equipo que había sufrido un auténtico huracán sevillista.

En la segunda mitad, Flick intentó recomponer al equipo, incluyendo a Eric en tareas ofensivas y confiando en Lewandowski para igualar el partido. Sin embargo, un penalti fallado y grandes paradas de Odysseas frustraron cualquier intento de remontada. Mientras tanto, el Sevilla supo aprovechar la debilidad del Barça para rematar la faena y consolidar un 4-1 que deja a los catalanes con serias dudas y a los sevillistas reforzados en la pelea por los puestos altos de la Liga.

El mensaje es claro: un Barcelona sin ideas y sin capacidad de reacción sigue dejando espacios para rivales que aprovechen su vulnerabilidad, y el Sevilla demostró cómo se gana cuando todo funciona a la perfección.

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