El Athletic volvió a sentirse dueño de La Cartuja y lo demostró con un triunfo sólido ante el Real Betis. Los de Valverde, que ya habían celebrado títulos en este estadio, supieron imponer su eficacia y mantener su pleno en la competición liguera. Esta vez no fue Nico ni Sancet quien desequilibró, sino un triunfo colectivo que puso de manifiesto las carencias del Betis, dependiente de jugadores como Antony y de la chispa de un conjunto incompleto que Pellegrini aún intenta ensamblar. Ni siquiera el tanto en propia puerta de Bartra logró despertar a los locales, que apenas consiguieron generar peligro hasta el gol de Bakambu en los minutos finales.
El partido comenzó con ritmo elevado, con ambos equipos buscando la presión alta y la verticalidad por los costados. El Betis se sostuvo en el control de Lo Celso, mientras el Athletic se apoyaba en un sistema ofensivo efectivo, con Berenguer como referencia en punta. Aun así, los visitantes fueron los que marcaron el tono físico y la intensidad, complicando a los verdiblancos que sufrían en la salida del balón y en la vigilancia de los movimientos de Iñaki Williams.
El Betis tuvo sus opciones en la primera mitad. Lo Celso avisó con un remate tras una acción de Pablo García y el joven delantero también lo intentó, pero sus disparos se toparon con el cuerpo de los defensores o el larguero de Unai Simón. Mientras tanto, el Athletic encontraba espacios y generaba peligro constante con la velocidad y desmarques de sus extremos.
En la segunda mitad, Pellegrini intentó impulsar a su equipo con presión alta y cambios ofensivos, pero la defensa del Athletic se mantuvo firme. El golpe definitivo llegó cuando un balón aéreo fue prolongado por Iñaki hacia Yuri, y el centro del lateral terminó en la portería del Betis tras el toque involuntario de Bartra. Más tarde, Paredes amplió la ventaja con un remate a placer tras un servicio preciso de Robert Navarro.
El Betis intentó reaccionar y recortó distancias en el descuento gracias a Bakambu, pero ya era demasiado tarde. El Athletic manejó el cierre del partido con oficio, asegurando tres puntos que reflejan su superioridad y dejando al Betis con dudas sobre su capacidad para competir ante rivales sólidos en defensa y con eficacia en ataque. La Cartuja volvió a ser territorio vasco, y el conjunto bético tendrá que reconstruirse de cara a los próximos desafíos ligueros.
