
El Granada – Ceuta de la jornada 17 de LaLiga Hypermotion no solo se explica desde la clasificación o los objetivos de cada equipo. En un partido aparentemente alejado del foco de la élite, emergen historias que conectan directamente con dos gigantes del sur: el Real Betis y el Sevilla FC. No a través de rivalidades recientes ni de fichajes millonarios, sino mediante trayectorias personales que reflejan el verdadero ecosistema del fútbol andaluz.
En plantillas como las de Granada y Ceuta es habitual encontrar futbolistas que, en algún momento de su carrera, pasaron por las canteras o estructuras formativas de Betis o Sevilla. Jugadores que se formaron en Heliópolis o en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, pero que entendieron pronto que el camino hacia el fútbol profesional no siempre pasa por debutar en el Benito Villamarín o el Sánchez-Pizjuán. Para muchos, la salida fue una necesidad; para otros, una oportunidad. Este es el caso de, por ejemplo, Souleymane Faye (Granada CF, ex Real Betis), Marcos Fernández (AD Ceuta FC, ex Real Betis) o Diego Hormigo (Granada CF, ex Sevilla FC).
El choque entre Granada y Ceuta se convierte así en un punto de reencuentro para esos perfiles que representan la “clase media” del fútbol andaluz. Futbolistas curtidos en categorías inferiores, habituados a competir lejos del escaparate, pero con una base táctica y formativa que delata su origen. El sello Betis o Sevilla no garantiza el éxito, pero sí deja huella: en la comprensión del juego, en la disciplina competitiva y en la ambición por seguir escalando.
También los cuerpos técnicos y las direcciones deportivas suelen guardar vínculos con los grandes clubes sevillanos. Preparadores, analistas o gestores que aprendieron el oficio en entornos de máxima exigencia y que ahora aplican ese conocimiento en proyectos más modestos, donde cada decisión pesa el doble. En ese sentido, Granada y Ceuta funcionan como laboratorios donde se recicla el talento que el fútbol de élite no puede absorber. Así, el caso más claro es Juan José Romero, entrenador de la AD Ceuta FC, que dirigió anteriormente al filial bético y que nunca ha ocultado su beticismo.
Este Granada – Ceuta habla, en el fondo, de la amplitud del fútbol andaluz. Betis y Sevilla marcan actualmente el techo, pero por debajo existe una red de clubes, jugadores y profesionales que sostienen la competición y alimentan su identidad. La Hypermotion no es un exilio; es un escenario distinto donde muchas carreras encuentran continuidad y sentido.
Cuando el balón echó a rodar, no hubo camisetas béticas o sevillistas en el césped, pero su influencia estuvo presente, silenciosa, en cada gesto aprendido años atrás en Heliópolis o Nervión.


