
El Barcelona de Flick sigue arrasando: nueve victorias, dos empates, ningún partido perdido y un balance de 41 goles a favor y solo 12 en contra en lo que va de 2025. Este arranque fulgurante lo coronó con un 1-4 ante el Sevilla en el Sánchez-Pizjuán, demostrando que este equipo no solo depende de los puntos sino del juego y de su capacidad goleadora. Con esta victoria, el Barça se coloca en posición de depender de sí mismo para ganar LaLiga.
Flick salió con todo, incluyendo el retorno de Gavi y la pareja defensiva Araújo–Íñigo Martínez. El Sevilla, dirigido por García Pimienta, intentó aprovechar los fallos del uruguayo Araújo, que fue el punto débil local y terminó retirado tras una infracción que truncó los intentos ofensivos sevillistas.
Desde el inicio, el Barça impuso su ritmo. Lewandowski abrió el marcador tras un remate de Lamine que Nyland había desviado. El Sevilla respondió con Saúl y Vargas, aprovechando errores defensivos, para empatar momentáneamente. Sin embargo, el conjunto culé seguía dominando el juego, y aunque los locales contaron con un gran Badé y un Szczesny inspirado en portería, las limitaciones de Lamine y la falta de precisión de Raphinha impidieron al Sevilla tomar ventaja.
En la segunda mitad, el Barcelona desató todo su potencial. Pedri dirigió el juego con maestría, Fermín anotó, seguido de un gol de Raphinha, y finalmente Eric García firmó la goleada, cerrando un partido en el que, incluso con uno menos, el Barça mostró su superioridad y amenaza al resto de Europa. El mensaje queda claro: el Barcelona está desbocado y listo para dominar tanto en España como en Europa.

